Como cada año, las estudiantes del ciclo de I a IV Medio participaron del tradicional Trekking Recolector, una actividad que busca promover el aprendizaje vivencial, el contacto respetuoso con la naturaleza y la preparación consciente para enfrentar desafíos al aire libre. Esta iniciativa, que forma parte de nuestro programa formativo integral, tiene como propósito enseñar a las alumnas sobre el equipamiento necesario, la planificación responsable y el valor del trabajo en equipo al momento de recorrer cerros y montañas.
Las estudiantes de I Medio vivieron su primera experiencia de trekking en el sendero Los Sauces, ubicado en el Parque Aguas de Ramón, comuna de La Reina. El inicio del recorrido fue exigente, con una pendiente pronunciada que puso a prueba su perseverancia y concentración. Al alcanzar los puntos más altos, fueron recibidas por un imponente paisaje cordillerano, cubierto de nieve por las recientes precipitaciones.
El recorrido continuó hasta el sector de El Peumo, donde las estudiantes pudieron disfrutar del descanso junto a un fresco riachuelo. Durante el descenso, se maravillaron con la presencia del característico bosque esclerófilo, con especies como peumos, litres y dedales de oro.
Por su parte, II Medio asumió un desafío mayor: recorrer el sendero hacia Vallecito, en el Parque Puente Ñilhue, comuna de Lo Barnechea. El camino comenzó de forma abrupta, sujetándose a las cadenas que ayudan a sortear el inicio del trayecto. La caminata fue ardua, marcada por tramos exigentes y encuentros inesperados con el paisaje, como la presencia de vacas pastando.
Uno de los mayores retos fue transitar por el borde del cerro con extrema precaución, hasta llegar al esperado Vallecito. Allí, grandes peumos ofrecieron sombra reparadora, y un riachuelo proporcionó agua fresca para recobrar fuerzas. La jornada, marcada por el calor, dejó como enseñanza la importancia de llevar el equipamiento adecuado: zapatillas resistentes, ropa adecuada, gorro y bloqueador solar.
El grupo de III Medio enfrentó condiciones climáticas particulares en su ascenso al Morro Las Papas, en el sector de San Carlos de Apoquindo. Un cielo cubierto de nubes acompañó el inicio del recorrido, lo que obligó al grupo a mantener un ritmo constante para conservar el calor corporal.
Aunque la cima ofrecía en un principio una vista nublada de Santiago, con el paso del tiempo las nubes comenzaron a disiparse, revelando una impresionante postal de la ciudad contrastada con la naturaleza. La experiencia culminó con una inesperada granizada, un fenómeno atmosférico que dejó una profunda reflexión sobre los cambios climáticos y la necesidad de estar preparados para ellos.
Finalmente, las estudiantes de IV Medio realizaron una caminata desde el colegio hasta la cima del Cerro Manquehuito, enfrentando un trayecto que comenzó entre calles urbanas y terminó en senderos naturales. En esta ruta, destacó el compañerismo y la colaboración entre pares, elementos clave para alcanzar la cima. La llegada estuvo marcada por una atmósfera envuelta en niebla densa, lo que permitió observar con asombro la velocidad y fuerza con que este fenómeno puede envolver un paisaje.
Este año esta actividad nos regaló una valiosa lección, la naturaleza es diversa, cambiante y profundamente formativa. A lo largo de las distintas rutas, nuestras estudiantes vivieron días soleados, nublados, con niebla, e incluso con granizadas, aprendiendo que el contacto con el entorno exige preparación, conciencia ambiental y respeto por los ritmos naturales.
Además de fomentar el deporte y la vida saludable, esta experiencia fortaleció el trabajo en equipo, el compañerismo y la capacidad de adaptación. También fue una oportunidad para reflexionar sobre el cuidado del medioambiente y conocer de cerca la riqueza de nuestra flora y fauna local.
Sin duda, fue una instancia enriquecedora que suma aprendizajes significativos para nuestras estudiantes, quienes continúan formándose como protagonistas activas, conscientes y comprometidas con el mundo que las rodea.
